
El proyecto es llevado acabo en el Centro de Participación Activa.
Gama se acerca a las personas mayores para darse a conocer y promover la Salud Mental. A veces este grupo etario queda invisibilizado, cuando en realidad es uno de los más vulnerables por factores como la soledad, el duelo, la pérdida de autonomía o problemas de salud física. La depresión en adultos mayores suele confundirse con “cosas de la edad” (cansancio, olvido, tristeza normal), lo que retrasa el diagnóstico. El suicidio en este grupo puede ser menos visible, porque no siempre expresan sus pensamientos directamente, sino con frases como “ya no tiene sentido seguir” o “soy una carga”.
Objetivos:
Crear una comunidad más informada y empática, donde la depresión y el suicidio sean temas tratados con compasión y de manera preventiva y proactiva.
La depresión y el suicidio son realidades dolorosas que afectan el día a día de personas en todo el mundo, pero siguen estando rodeadas de estigmas, silencios y prejuicios. Para construir una sociedad más justa y humana, es fundamental que estos temas se traten con compasión, prevención y acción colectiva.
1. Informar para derribar mitos
Muchas veces el desconocimiento genera miedo o indiferencia. Se piensa que la depresión es “debilidad” o que el suicidio es un “acto egoísta”. Estos prejuicios no solo son falsos, sino que agravan el sufrimiento de quienes atraviesan estas crisis.
2. Empatía como base del acompañamiento
La compasión no es lástima, sino una mirada humana que escucha y valida el dolor ajeno.
- Escucha sin juzgar ni minimizar.
- Ofrece compañía en lugar de soluciones rápidas.
- Fomenta la confianza para que hablar de depresión o pensamientos suicidas.
3. De receptores a protagonistas
Tradicionalmente se piensa en las personas mayores como quienes “necesitan ayuda”, pero también tienen una gran reserva de experiencia, sabiduría y resiliencia. Empoderarlos significa reconocer que:
- Pueden detectar cambios emocionales en sus pares más rápido que familiares lejanos o profesionales.
- Tienen credibilidad y cercanía para hablar entre sí sin prejuicios.
- La empatía entre iguales genera confianza y reduce el miedo a ser juzgado.
4. Formación y sensibilización
Para que sean “salvavidas emocionales” necesitan herramientas:
- Talleres de escucha activa y primeros auxilios emocionales, diseñados en un lenguaje simple y práctico.
- Reconocimiento de señales de alarma (frases de desesperanza, aislamiento, cambios bruscos de ánimo).
- Capacitación en cómo derivar: no reemplazar al profesional, sino saber cuándo y cómo orientar hacia ayuda especializada.
5. Fortalecimiento de la autoestima y sentido de propósito
Ser parte activa de la prevención les da un motivo extra para sentirse útiles y valorados. Esto ayuda a combatir la idea de “ser una carga”, que es frecuente en la depresión tardía.
- Reconocer públicamente su rol como agentes comunitarios de salud emocional.
- Incluirlos en campañas locales de salud mental.
- Generar proyectos intergeneracionales donde transmitan su experiencia y, al mismo tiempo, reciban compañía y aprendizaje.
5. Impacto esperado
- Reducción del aislamiento: al sentirse responsables unos de otros, se fortalecen los vínculos sociales.
- Mayor detección temprana: las señales de alarma no pasan desapercibidas.
- Cambio cultural: se rompe la visión de los mayores como pasivos y se construye una imagen de envejecimiento activo y solidario.
Cuando los adultos mayores se reconocen como cuidadores entre sí, se convierten en guardianes de la vida, reforzando su dignidad, autonomía y pertenencia comunitaria.